La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado un nuevo informe en el que se indica que el VIH, la hepatitis vírica y las infecciones de transmisión sexual (ITS) siguen planteando importantes retos para la salud pública y causan 2,5 millones de muertes al año.
El VIH, virus de la inmunodeficiencia humana, es el virus causante del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA). El sida es la última fase de la infección por VIH que se produce cuando el sistema inmunitario del organismo está muy dañado.
Las nuevas infecciones por el VIH descendieron ligeramente de 1,5 millones en 2020 a 1,3 millones en 2022. Cinco grupos de población clave -los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, las personas que se inyectan drogas, los profesionales del sexo, los transexuales y las personas que se encuentran en prisiones y otros entornos cerrados- siguen experimentando tasas de prevalencia del VIH significativamente más elevadas que la población general, según la OMS.
Se calcula que el 55% de las nuevas infecciones por VIH se producen entre estas poblaciones y sus parejas. Las muertes relacionadas con el VIH siguen siendo elevadas. En 2022, se produjeron 6.30.000 muertes relacionadas con el VIH, el 13% de ellas en niños menores de 15 años.
La OMS ha validado a 19 países para eliminar la transmisión maternoinfantil del VIH y/o la sífilis. Botsuana y Namibia están en vías de eliminar la transmisión del VIH.
Cobertura del tratamiento: A nivel mundial, la cobertura del tratamiento del VIH alcanzó el 76%, con un 93% que consiguió suprimir la carga viral. Se están realizando esfuerzos para aumentar la vacunación contra el VPH y el tratamiento de la hepatitis.
Recomendaciones para mejorar
- Desarrollar planes nacionales de sostenibilidad y estrategias de inversión.
- Alinear los planes específicos de cada enfermedad dentro de un enfoque de atención sanitaria primaria.
- Abordar la estigmatización, la discriminación y la criminalización en los entornos sanitarios, especialmente en el caso de las poblaciones vulnerables.
- Ampliar las estrategias de eliminación de múltiples enfermedades.
- Reforzar los esfuerzos de prevención, diagnóstico y tratamiento primarios.
- A pesar de los ambiciosos objetivos fijados para 2025 y 2030, los progresos son desiguales y se necesita un mayor compromiso político para acelerar los esfuerzos y alcanzar los objetivos sanitarios mundiales.