Búsqueda global

Ginebra, 17 de abril de 2024 - Los amplios avances mundiales en materia de salud y derechos sexuales y reproductivos conseguidos en los últimos treinta años se ven empañados por una fea verdad: millones de mujeres y niñas no se han beneficiado por ser quienes son o por el lugar en el que nacieron, según el informe Estado de la Población Mundial 2024, publicado hoy por el UNFPA, la agencia de la ONU para la salud sexual y reproductiva.

Titulado "Vidas entrelazadas, hilos de esperanza: acabar con las desigualdades en materia de salud y derechos sexuales y reproductivos", el informe pone de relieve el papel que siguen desempeñando el racismo, el sexismo y otras formas de discriminación a la hora de bloquear amplios avances en la salud sexual y reproductiva de mujeres y niñas. Los datos son condenatorios. Las mujeres y niñas pobres, pertenecientes a minorías étnicas, raciales e indígenas, o atrapadas en entornos de conflicto, tienen más probabilidades de morir por falta de acceso a una atención sanitaria oportuna:

  • Una mujer africana que sufra complicaciones en el embarazo y el parto tiene unas 130 veces más probabilidades de morir a causa de ellas que una mujer de Europa y Norteamérica.
  • Se calcula que más de la mitad de las muertes maternas evitables se producen en países con crisis humanitarias y conflictos, es decir, casi 500 muertes al día.
  • Las mujeres afrodescendientes de toda América tienen más probabilidades de morir al dar a luz que las mujeres blancas. En Estados Unidos, la tasa es tres veces superior a la media nacional.
  • Las mujeres de grupos étnicos indígenas tienen más probabilidades de morir por causas relacionadas con el embarazo y el parto.
  • Las mujeres con discapacidad tienen hasta 10 veces más probabilidades de sufrir violencia de género que sus compañeras sin discapacidad.
  • Las personas con orientación sexual y expresión de género diversas se enfrentan a una violencia rampante y a grandes barreras para recibir atención.

Este año se celebra el trigésimo aniversario de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo de El Cairo, un momento histórico en el que 179 gobiernos se comprometieron a situar la salud y los derechos sexuales y reproductivos en el centro del desarrollo sostenible. Pero los avances están en peligro. Millones de mujeres y niñas siguen muy rezagadas y los avances se ralentizan o se estancan en medidas clave: 800 mujeres mueren cada día dando a luz, sin cambios desde 2016; una cuarta parte de las mujeres no puede decir no a las relaciones sexuales con su pareja y casi una de cada 10 mujeres no puede tomar sus propias decisiones sobre anticoncepción. En el 40% de los países con datos, la autonomía corporal de las mujeres está disminuyendo.

"En el espacio de una generación, hemos reducido la tasa de embarazos no deseados en casi una quinta parte, hemos disminuido la tasa de mortalidad materna en un tercio y hemos conseguido leyes contra la violencia doméstica en más de 160 países", declaró la Dra. Natalia Kanem, Directora Ejecutiva del UNFPA. "A pesar de estos progresos, las desigualdades dentro de nuestras sociedades y sistemas sanitarios se están ampliando, y no hemos dado la prioridad adecuada a llegar a los más rezagados. Nuestro trabajo es incompleto pero no imposible con una inversión sostenida y la solidaridad mundial."

Persisten focos de desigualdad dentro de los países

Las pruebas recogidas en el informe apuntan a una realidad preocupante: el acceso a los anticonceptivos, los servicios de parto seguro, la atención respetuosa a la maternidad y otros servicios esenciales de salud sexual y reproductiva es inalcanzable para demasiadas mujeres y niñas. En Madagascar, las mujeres más ricas tienen cinco veces más probabilidades que las más pobres de recibir asistencia especializada en el parto. Y en Albania, más del 90% de las mujeres romaníes de los grupos socioeconómicos más marginados tenían graves problemas para acceder a la atención sanitaria, frente a sólo el 5% de las mujeres de etnia albanesa de los grupos socioeconómicos más privilegiados.

Las mejoras en el acceso a la atención sanitaria han beneficiado principalmente a las mujeres más ricas y a las que pertenecen a grupos étnicos que ya tenían un mejor acceso a la atención sanitaria. Las mujeres y niñas con discapacidades, migrantes y refugiadas, minorías étnicas, personas LGBTQIA+, personas que viven con el VIH y castas desfavorecidas se enfrentan a mayores riesgos de salud sexual y reproductiva y también a un acceso desigual a la atención sanitaria sexual y reproductiva. Su vulnerabilidad se ve agravada por fuerzas poderosas como el cambio climático, las crisis humanitarias y la migración masiva, que a menudo tienen un impacto desproporcionado en las mujeres que se encuentran en los márgenes de la sociedad.

El informe subraya la importancia de adaptar los programas a las necesidades de las comunidades -en lugar de enfoques a gran escala de talla única- y de capacitar a las mujeres y las niñas para que elaboren y apliquen soluciones innovadoras. También calcula que si gastáramos 79.000 millones de dólares adicionales en los países de ingresos bajos y medios de aquí a 2030, evitaríamos 400 millones de embarazos no deseados, salvaríamos un millón de vidas y generaríamos 660.000 millones de dólares en beneficios económicos.

Autor(es)
MIL-OSI Naciones Unidas
Poblaciones y programas
Palabras clave
salud sexual y reproductiva, salud y derechos sexuales y reproductivos