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COMUNICADO DE PRENSA

VIENA/GINEBRA, 22 de marzo de 2024- ONUSIDA celebra la adopción hoy de una resolución clave en el 67º periodo de sesiones de la Comisión de Estupefacientes de las Naciones Unidas (CND), que reconoce por primera vez la reducción de daños como una parte importante de una respuesta eficaz de salud pública. La resolución anima a los estados miembros a desarrollar y aplicar medidas de reducción de daños para minimizar las consecuencias adversas para la salud pública y la sociedad del uso no médico de drogas ilícitas. ONUSIDA felicita a la CND y a su Presidente por este hito histórico.

La resolución representa un hito en el compromiso político de reequilibrar la política de drogas hacia un enfoque de salud pública. Este cambio es fundamental para alcanzar los objetivos de la Estrategia Mundial sobre el Sida 2021-2026.

La reducción de daños es un "paquete integral de intervenciones basadas en pruebas, fundamentadas en la salud pública y los derechos humanos, que incluyen los programas de agujas y jeringuillas (PAJ), la terapia de mantenimiento con agonistas opiáceos (TMAO) y la naloxona para el tratamiento de las sobredosis". La reducción de daños también se refiere a las políticas y estrategias que pretenden prevenir los principales daños para la salud pública e individual, como el VIH, la hepatitis vírica y las sobredosis, sin detener necesariamente el consumo de drogas" (Organización Mundial de la Salud, 2022).

Desde 2018, sólo cinco países han informado de haber alcanzado el objetivo de proporcionar 200 agujas y jeringuillas estériles por persona que se inyecta drogas. En ese mismo periodo de tiempo, sólo tres países informaron haber alcanzado el objetivo de una cobertura del 50% de la terapia de mantenimiento con agonistas opiáceos entre las personas que se inyectan drogas.

La penalización del consumo y la posesión de drogas para uso personal en al menos 145 países, junto con el estigma, la discriminación y la violencia, sigue restringiendo tanto la prestación como el acceso a servicios de reducción de daños que salvan vidas.

La falta de inversión en servicios de reducción de daños o de eliminación de las estructuras que inhiben el acceso, incluidas las relacionadas con el género, han llevado a una situación en la que la prevalencia del VIH entre las personas que se inyectan drogas es 7 veces superior a la del resto de la población, y las personas que se inyectan drogas tienen la incidencia más alta a nivel mundial de cualquier población clave o vulnerable. En los países que disponen de datos, la prevalencia media del VIH entre las mujeres que se inyectan drogas es casi el doble que la de los hombres que consumen drogas.

En el marco de la Posición Común de las Naciones Unidas sobre las Drogas, ONUSIDA colabora con otros organismos de las Naciones Unidas y se asocia con gobiernos, organizaciones comunitarias y donantes para aumentar la prestación de servicios de reducción de daños y eliminar las leyes y políticas perjudiciales que crean obstáculos para acceder a dichos servicios, como la penalización de la posesión de drogas para uso personal. ONUSIDA trabaja para garantizar que todos los esfuerzos relacionados con la política de drogas sean conformes con los derechos humanos internacionales, tal y como se recoge en las directrices internacionales sobre derechos humanos y política de drogas.

ONUSIDA

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para alcanzar su visión compartida de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el SIDA. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas -ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, ONUDD, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial- y trabaja en estrecha colaboración con socios mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros en Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

Autor(es)
ONUSIDA
Poblaciones y programas
Palabras clave
reducción del daño, personas que se inyectan drogas