La declaración de ONUSIDA en el Día de la Cero Discriminación, destaca la necesidad de los servicios dirigidos por la comunidad para garantizar la sostenibilidad de la respuesta al sida antes y después de 2030, sin embargo, las respuestas dirigidas por la comunidad con demasiada frecuencia no son reconocidas, carecen de recursos y en algunos lugares incluso son atacadas. La represión de la sociedad civil y de los derechos humanos de las comunidades marginadas está obstaculizando la prestación de servicios de prevención y tratamiento del VIH por parte de las comunidades. La infrafinanciación de las iniciativas dirigidas por las comunidades las está dejando con dificultades para seguir funcionando, además de frenar su expansión. Si se eliminan estos obstáculos, las organizaciones dirigidas por la comunidad pueden dar un impulso aún mayor para acabar con el sida como amenaza para la salud pública para 2030.