El 1 de diciembre de 2024 conmemoramos el Día Mundial de la Lucha contra el Sida bajo el lema "Tomemos el camino de los derechos". Un llamamiento a la acción para que todas las partes interesadas en el VIH aprecien y defiendan los derechos humanos como clave para acabar con el sida como amenaza para la salud pública en 2030.
El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, aborda explícitamente el tratamiento y la prevención en relación con las epidemias como un derecho humano. El cumplimiento de ese derecho exige que las personas con mayor riesgo de contraer el VIH tengan acceso a servicios eficaces de prevención, pruebas y tratamiento, y puedan elegir los métodos de prevención que más les convengan, como preservativos y lubricantes, agujas y jeringuillas limpias, profilaxis previa a la exposición y terapia antirretrovírica, entre otros.
Todas las partes interesadas clave en la prevención del VIH, incluidos los gobiernos, las comunidades, la sociedad civil y las redes, las organizaciones internacionales y regionales, incluidos los donantes, están llamados a racionalizar los enfoques basados en los derechos en todos sus esfuerzos, ya que son esenciales para garantizar que las opciones de prevención del VIH nuevas y existentes estén disponibles y sean accesibles para todos los que las necesiten, sin discriminación.
Según el informe del Día Mundial del Sida 2024, se calcula que 1,3 millones de personas contrajeron el VIH en 2023, tres veces más que el objetivo de menos de 370.000 nuevas infecciones por el VIH para 2025. Varios países como Zimbabue, Malaui, Kenia, Lesoto, Eswatini, Etiopía, Ruanda y Botsuana, entre otros, están en vías de alcanzar los objetivos de 2025 para reducir las nuevas infecciones por el VIH; sin embargo, la mayoría de los países siguen sin estar en el buen camino.
El éxito en la prevención del VIH es posible, pero requiere que los gobiernos actúen con urgencia comprometiéndose a un liderazgo político más fuerte, aumenten la financiación nacional para la prevención del VIH y creen un entorno legal y político propicio para aplicar programas a escala. Paralelamente, los donantes internacionales y los socios del sector privado deben aumentar la financiación para apoyar el cierre de las brechas persistentes en la prevención del VIH a nivel mundial y nacional.
El acceso equitativo a las innovaciones en la prevención del VIH, incluidas las nuevas opciones de prevención de acción prolongada, es esencial sobre todo entre las personas de los países de ingresos bajos y medios. Las nuevas tecnologías de acción prolongada y las opciones de prevención existentes son eficaces, pero sólo adquieren impacto cuando se transforman en opciones reales abordando las desigualdades sociales y de género que dificultan el acceso a los servicios del VIH. Un entorno jurídico, político y financiero favorable es esencial para garantizar que estas opciones se ofrezcan de forma eficaz, equitativa, segura y a escala.
Las opciones de prevención del VIH deben estar disponibles y ser accesibles para todas las personas que las necesiten, en particular las poblaciones clave y los jóvenes en entornos con una alta incidencia del VIH. Las leyes sobre la edad de acceso siguen siendo un obstáculo para que los adolescentes y los jóvenes accedan a los servicios de prevención del VIH. Las organizaciones de la sociedad civil, las organizaciones comunitarias y los grupos de jóvenes deben presionar para que se modifiquen las políticas - abogar por reformas de la edad de acceso que permitan a los adolescentes y jóvenes acceder a los servicios de prevención del VIH sin barreras.
Tomar el camino de los derechos para acabar con el sida requiere que cada parte interesada actúe urgentemente para garantizar que los servicios de prevención del VIH sean accesibles a todos los adolescentes, mujeres y hombres en toda su diversidad.
Este Día Mundial del Sida, ¡emprendamos el camino de los derechos!